Cómo ser padres y madres de adolescentes
Ser padres de adolescentes
Aunque no lo parezca, corren buenos tiempos para la adolescencia. En los últimos años hemos aprendido, gracias al avance de las neurociencias, que se trata de una etapa de enorme potencial educativo, en la que el cerebro se rediseña por completo haciendo que sea una edad de oro para el aprendizaje.
Al hablar de los adolescentes solemos centrarnos solo en ellos, en su crisis vital y sus consecuencias para la convivencia: gritos, peleas, portazos… Pero ¿qué pasa si cambiamos el foco? ¿Cómo nos afecta a nosotros al ser padres de adolescentes ese cambio en nuestros hijos? ¿Hay algo que podamos hacer para facilitar este tránsito?
Cada persona dispone de una “parcela de poder” que puede ejercer en cualquier asunto; unas veces es más grande y otras más pequeña, pero siempre hay algo que podemos hacer para afrontar las distintas situaciones y cambios que se producen a nuestro alrededor.
Durante la etapa de la adolescencia no solo cambian los hijos; los padres van a tener que modificar y transformar su rol parental para irlo adaptando a la relación que tendrán con sus hijos adultos. En este sentido, puede ayudar ver la adolescencia como un sendero, al final del cual está la versión adulta de nuestro niño.
La clave es ir avanzando sin perder de vista ese horizonte, dando pequeños pasos y, cada vez más, contando con la implicación de los chicos.
Para llegar al final de nuestro camino en las mejores condiciones, con una buena relación y una convivencia relajada, vamos a tener que cambiar los hábitos de crianza y educación adquiridos durante la etapa infantil y desarrollar otros que promuevan la creciente demanda de libertad de los adolescentes. Enfrentarse a los cambios es estimulante, pero a veces requiere un gran esfuerzo, especialmente cuando este cambio es forzado por las circunstancias.
Aceptar que los niños crecen y cambian requiere ciertos ajustes emocionales que debemos conocer. No resulta descabellado afirmar que los padres y madres de adolescentes atraviesan una especie de duelo en el que despiden a ese niño pequeño, obediente y cariñoso, que fue su retoño.
¿Qué es la adolescencia para los padres?
Inmersos en el proceso de cambio de sus hijos
Niños que antes eran más o menos dóciles, apegados a la familia, que aceptaban las normas sin cuestionarlas demasiado, comienzan a demandar independencia, cambian de intereses, empiezan a poner en entredicho cualquier autoridad y parecen pensar solo en sus amigos.
Influenciados por la visión catastrofista y los mitos negativos entorno a la adolescencia.
Por tanto, su actitud es de alerta, de tensión, de anticipación de problemas. Estas sensaciones se transmiten a los hijos.
Ideas preconcebidas sobre el ``poco juicio`` de los adolescentes.
Los padres acaban por meterse en aspectos que pertenecen a la intimidad de sus hijos, pensando que se pueden equivocar, que no saben lo que quieren… Los adolescentes lo perciben como una falta de confianza, una intromisión, lo que reduce su confianza en sí mismos y genera conflictos.
Miedos e inseguridades, que impulsan a los padres a aumentar el control
Esta inseguridad les lleva a ser muy cautelosos y a no dejar a los chicos cometer errores, por tanto, no pueden llegar a aprender de ellos.
No les dejamos asumir la autonomía que exigimos
Los adolescentes reciben el mensaje de que tienen que ser responsables, pero a la vez se sienten invadidos por ese control, por la desconfianza hacia su criterio…
El mito de la mala relación entre padres e hijos
Pero la buena o mala relación tiene más que ver con las dinámicas familiares que con la adolescencia en sí. La idea del distanciamiento emocional funciona como una profecía autocumplida, ya que los padres se vuelven inseguros y paralizados por la incertidumbre…
En la UP encontrarás apoyo, recursos e información para abordar los cambios en la adolescencia
En los cursos de la UP profundizamos en estos todos estos aspectos para transmitir, en primer lugar, un mensaje de calma y confianza. Después información, información e información; porque el conocimiento es poder y cuanto más sepamos sobre cualquier problema mejor lo abordaremos.
Sabemos que uno de los aspectos que más preocupan las madres y padres de adolescentes es la comunicación con ellos. Durante esta etapa, los chicos parecen más reacios a compartir confidencias con sus padres, mientras que son capaces de pasar horas y horas hablando con sus amigos. Se vuelven herméticos, solo usan monosílabos y parece que rehuyen cualquier intento de aproximación. Por un lado, se trata de un comportamiento normal y propio del momento, pero por otro, siempre hay algo que los adultos podemos hacer para facilitar y mejorar la relación comunicativa con ellos. El problema es que tiramos de viejos patrones, de pautas adquiridas, que no siempre –por no decir nunca– dan el resultado deseado.
¿Quieres saber más?
En la UP hemos charlado sobre este tema con Isauro Blanco, especialista en adolescentes y relaciones familiares, coach y experto en comunicación. Nos ha desvelado, entre otras cuestiones, nuevas pautas para iniciar y mantener conversaciones con adolescentes, reflexiones que podemos hacer los padres e ideas para comprender mejor esta etapa evolutiva.
Para hablar con nuestros hijos, es importante verificar que no intervengan emociones que puedan bloquear esa comunicación. Una de las principales trabas es no dar tiempo a la comunicación. Si tu hijo llega con malas notas, y decides hablarlo en ese momento, con la mejor intención, en realidad no hablas tú, sino tu enfado, tu disgusto, tu preocupación…