Mi hijo o hija empieza el cole
La vuelta al cole ha llegado y son muchas las familias que lo viven por primera vez; bien porque sus hijos e hijas inician el periodo escolar y se incorporan al cole, o porque se ha producido un cambio de centro educativo.
De un modo u otro, como padres y madres, el comienzo de un nuevo curso escolar nos puede generar ciertas preocupaciones ante cuestiones como: ¿lo pasará mal?, ¿tardará mucho en adaptarse?, ¿habré hecho bien en inscribirle tan pequeño a un centro escolar?, ¿será este centro escolar el más adecuado para mi hijo o hija?…
Por este motivo, os dejamos a continuación una serie de tips para trabajar este periodo por primera vez, con el fin de vivir este proceso en familia de forma consciente, gradual y respetuosa.
Recomendaciones para trabajar ante el inicio del ciclo escolar
- Los adultos debemos mostrar, en todo momento, ante nuestros hijos e hijas, entusiasmo y seguridad porque seguramente, que nosotros, padres y madres, estemos más nerviosos que ellos. Transmitirles seguridad y confianza les será de gran ayuda, por eso, debemos dejar los nervios a un lado.
- Es recomendable que los días antes de la vuelta al cole, os sentéis con vuestros hijos e hijas y les contéis las cosas buenas que va a encontrar, las actividades que podrá realizar a diario rodeado de compañeros y compañeras de su edad… Es bueno también contarles alguna anécdota o experiencia de nuestro inicio escolar y es, incluso, conveniente familiarizar a nuestros pequeños con el entorno. Además, es conveniente resolver todas las dudas que, vuestro hijo o hija, pueda tener y paliar todo aquello que le pueda generar incertidumbre o miedo.
- Sería adecuado pasear tranquilamente con ellos, los días previos, para ir al centro escolar, viendo el paisaje e incluso mirar si hay algún parque cerca al que poder ir a jugar, divertirse y merendar, después de cada jornada lectiva y hacerle partícipe de ello. Además, si conocéis a algún amigo o amiga que asista o vaya asistir a ese mismo centro, podéis quedar con él esos días.
- Después de unas maravillosas vacaciones en familia, en las que hemos pasado tiempo juntos, es hora de recuperar hábitos y rutinas y ajustar horarios, como despertarles cada vez más pronto, acostarles un poco antes, modificar el horario de comidas, rutinas de baño y aseo, etc., para que nuestros hijos e hijas se adapten a los nuevos ritmos que empezará a tener cuando comience la escuela. Es recomendable que en esta vuelta a las rutinas nos vean, a nosotros, sus padres y madres, motivados, llenos de energía, ya que ellos se verán reflejados en nuestro positivismo.
Y llegó el esperado día…
La mayoría de los centros educativos, en la actualidad, ayudan a las familias con un periodo de adaptación escolar con el fin de conciliar ese momento tan importante para los hijos e hijas. Ello implica que nuestros hijos e hijas asistan al centro solo unas horas.
Hay centros educativos que permiten, incluso, la entrada de la figura de apego.
Eso sí, no hay que sentirse culpable si tu situación laboral o personal no permite acogerse a ninguna de estas posibilidades.
De manera paulatina, se iniciará toda la jornada lectiva y se retirará la figura de apego.
En cualquier caso, es muy importante la coordinación entre la familia y la escuela. Debe haber desde el primer momento una buena comunicación y diálogo entre ambos por el bien del niño o niña.
Lo más importante es crear confianza y seguridad en nuestros hijos e hijas ese primer día de cole. Por eso, hay que trabajar la parte emocional por nuestra parte y por la de ellos. Aunque nos aborde ese día la tristeza, los nervios o la culpabilidad en el momento de dejarlos, hay que mantener la calma y saber transmitirle la confianza de la que estamos hablando, mostrar una gran sonrisa y explicarle, en el momento de tu marcha, que te vas a ir, dónde vas a ir y que vas a volver pronto y que, mientras, él o ella lo va a pasar muy bien con sus nuevos amigos, juguetes y su nueva o nuevo profe. Nunca te vayas a escondidas o sin despedirte porque puede causarle inseguridad o miedo cada vez que desaparezcas.
Cuando marchéis del aula hacerlo con cariño y alegría, evitando en todo momento el chantaje emocional o la mentira. Por eso, frases como «no llores que papá se pone triste» o «deja de llorar que mamá se va a enfadar contigo» o «si lloras, los niños se van a reír de ti», deben desaparecer de nuestro lenguaje en el momento de la despedida.
Si llega la hora de marcharte, y has abandonado el aula, y por casualidad oyes el llanto de tu hijo o hija, recuerda que les has dejado con grandes profesionales que le tranquilizarán en breve.
Lo que hacéis es bueno para vuestro hijo o hija.
Lo pasamos, a veces, peor nosotros, los padres y madres, pensando e imaginando cómo estarán, qué estarán haciendo, si llorará, etc., que los propios niños y niñas.
Recuerda que los y las profes te darán feedback a diario de su adaptación y que no deja de ser un proceso que pasará en unos días. Si al volver se muestra enfadado, respeta su tiempo y espacio porque, a veces, es la manera que tienen de mostrar su malestar.
Recuerda que lo más importante será nuestra actitud hacia nuestros hijos e hijas. Por eso, al día siguiente, vuelve al cole con esa sonrisa, sin transmitir tristeza, recordando el día anterior, e intentad combatir, de nuevo, la ansiedad que nos genera la situación porque no se la podemos trasladar a nuestros peques.
Y tú ¿qué opinas?
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10 septiembre, 2021