Redes sociales: aliadas con la lectura
¿Creéis que los adolescentes leen más o menos que antes? ¿Interfieren las redes sociales en los hábitos lectores? ¿Tienen tiempo y ganas los chavales, entre tanto selfie, de coger un libro?
La respuesta a estos interrogantes, quizá sorprenda a más de uno… Y es que, según el último barómetro de la lectura en España (2017), los jóvenes son los que más leen. El 80 por ciento de los niños entre 10 y 14 años son lectores de libros en su tiempo libre, aunque la cifra disminuye a partir de los 15 y los 18. De los 25 años en adelante se va abandonado paulatinamente el hábito lector (que se reactiva en las mujeres a partir de los 35).
¿Qué relación hay entre las redes sociales y la lectura? Siendo estas un reflejo de las vidas cotidianas de chicos y chicas, si los libros interesan, veremos reflejado este interés en las redes, como efectivamente sucede.
Quizá los pioneros fueron los blogs dedicados a esta afición. Lecturalia, Quelibroleo, Entrelectores o Librópatas, por citar solo algunos, son comunidades de lectores en las que se puntúan obras de todo tipo, se hacen recomendaciones, se analizan y discuten tramas y argumentos, se comentan novedades, se proponen retos lectores y se organizan clubs de lectura. Son auténticas redes sociales literarias, que fomentan la lectura y acogen a lectores empedernidos.
Los más exitosos y visibles probablemente sean los booktubers: youtubers apasionados de los libros en cuyos canales recomiendan y reseñan obras de todo tipo, desde sagas juveniles hasta clásicos literarios. No son fenómenos minoritarios: en nuestro país, El coleccionista de mundos cuenta con 226.170 suscriptores (mayo 2018) y sus vídeos llegan a rondar las 100.000 visualizaciones. Algunos, como Javier Ruescas, han publicado numerosas obras con éxito indiscutible. La mayoría son muy jóvenes, como sus seguidores, también voraces lectores. Entre retos, listas y opiniones, contagian su amor por la literatura y comienzan a ser los niños mimados de las editoriales. (Fuente: Los diez booktubers españoles más seguidos (2016)).
En Instagram podemos encontrar numerosas cuentas dedicadas a la lectura, repletas de imágenes de libros, librerías de todo el mundo, bibliotecas públicas y particulares, citas, reseñas, recomendaciones… así como multitud de hashtags sobre todo lo relativo al mundo bibliófilo, como por ejemplo #bookfacefriday, una iniciativa lanzada por la Biblioteca Pública de Nueva York animando a la gente a subir fotos combinando la portada de un libro con una escena o persona de la vida real. Algunos Instagrams literarios, o bookstagrams: @viva_leer, @entrepaginasdelibros_, @nosinmislibros, @tontoelquenolea.
Y la más moderna: Watpadd, una aplicación para leer y subir historias. Los usuarios publican relatos, poemas, blogs, fan-fics, novelas… de todo tipo de temática, género y estilo. Se publica material de autores tanto conocidos – la gran Margaret Atwood es una firme defensora- como desconocidos o aficionados, abundando los escritores/lectores adolescentes. Es como una enorme biblioteca virtual, en más de 24 lenguas y totalmente interactiva. Una parte fundamental de la app consiste en comentar y votar a las historias, generando rankings y listas. Las historias se publican por entregas, a plazos, y se incentiva la participación mediante comentarios. Los autores puede modificar sus tramas en función de lo que les pidan sus seguidores. Bestsellers como After han salido de Wattpad. También promueve numerosos concursos, en especial, los premios Watty.
Con estas perspectivas, podemos comprobar que las nuevas tecnologías no solo no representan una amenaza para la lectura, sino que se han convertido en grandes aliadas de la literatura y potentes herramientas de animación a la lectura.
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