Tejiendo conexiones a través de la comunicación
Este post lo vamos a dedicar a la Comunicación No Violenta (CNV) en la familia, para fomentar vínculos saludables con los hijos e hijas.
La filosofía de la Comunicación No Violenta (CNV), desarrollada por Marshall Rosenberg, ofrece un enfoque poderoso para mejorar la comunicación en todos los aspectos de la vida, incluyendo las relaciones familiares. Cuando aplicamos los principios de la CNV en la comunicación con nuestros hijos e hijas, creamos un entorno propicio para el entendimiento mutuo y el desarrollo emocional saludable.
¿Cómo implementar este tipo de comunicación en casa?
Para desarrollar la CNV en casa te proponemos unas claves:
- Promoviendo la empatía. En el corazón de la CNV está la empatía. Al comprender y validar las emociones y necesidades de los niños, los padres pueden establecer conexiones más profundas. En lugar de imponer juicios, se busca entender lo que sienten. Preguntas como: «¿cómo te sientes?»; «¿Qué necesitas en este momento?»; o frases que validen la emoción como «entiendo que estés enfadado, busquemos entre los dos las mejores soluciones» fomentan la apertura y fortalecen los lazos afectivos.
- Expresando nuestros sentimientos. Como padres, prediquemos con nuestro ejemplo. Expresemos nuestros propios sentimientos y necesidades de manera abierta y honesta en nuestras relaciones pero sin hacer a nuestros hijos responsables de ellos. Comunicarse de esta manera modela un ejemplo saludable para los niños, mostrándoles cómo expresar sus emociones de manera constructiva.
- Observando sin juicio. En lugar de emitir juicios, nos centramos en la importancia de realizar observaciones objetivas. En el contexto familiar, esto implica describir comportamientos específicos sin valorarlos. Esta práctica fomenta un diálogo más objetivo y reduce la tendencia a culpar, creando un ambiente menos conflictivo.
- Identificando necesidades y haciendo peticiones (¡no exigencias!). Padres e hijos pueden aprender a expresar claramente lo que necesitan y hacer solicitudes específicas desde la petición y no desde la exigencia. Esto no solo mejora la comprensión mutua, sino que también contribuye a la resolución cooperativa de conflictos. No es lo mismo: «¡recoge tu habitación ya!», que «entiendo que para ti puede ser un rollo recoger la habitación. Cuando yo veo que está desordenada me siento frustrada porque valoro el orden. ¿Podrías dedicar un poco de tiempo a ordenar tu habitación antes de cenar? Sería de gran ayuda para mí».
Cuando surgen desacuerdos o conflictos, la CNV ofrece herramientas para abordarlos de manera pacífica. Al centrarse en las necesidades subyacentes y buscar soluciones que satisfagan a ambas partes, se fomenta un ambiente familiar más armonioso.
El énfasis está en la colaboración en lugar de la confrontación.
Conclusión: Creando conexión
La aplicación de los principios de la Comunicación No Violenta en la familia no solo mejora la calidad de la comunicación, sino que también sienta las bases para relaciones duraderas y saludables entre padres e hijos. Al adoptar un enfoque empático, expresar auténticamente los sentimientos y necesidades y buscar soluciones colaborativas, se fortalecen los lazos familiares, creando un entorno propicio para el crecimiento emocional y la conexión genuina.
Post escrito por Gira el flexo (Rebeca y Vera)
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