Una asignatura pendiente: hablar de educación afectivo-sexual
Si se acoge que la sexualidad y la afectividad es algo que nos configura como seres humanos, entonces es fácil identificar que la educación afectivo-sexual es la columna vertebral para el desarrollo de cualquier persona.
Pero, ¿quién tiene que hablar de esto con nuestros hijos?
La educación afectivo-sexual es tarea de todos, porque:
- Desde que nacemos hasta que morimos somos seres en relación que necesitamos de los otro: todos necesitamos besos, caricias, abrazos, halagos…, sentirnos queridos, respetados, amados y libres.
«La educación afectivo sexual no sólo se reduce a lo sexual-erótico».
- Es importante conocer qué nos pasa en el cuerpo, conocer nuestra anatomía corporal, acoger las diferencias sexuales, aceptar que los cuerpos cambian, abrazar nuestra imagen corporal, descubrir nuestra respuesta sexual, hablar de la orientación sexual…
«Nuestro cuerpo nos comunica y nos habla, es necesario escucharlo, entenderlo, habitarlo».
- Los niños y las niñas, siempre aprenden actitudes, conductas sexuales y afectivas de las personas que conviven con ellas en su día a día, incluso cuando predomina el silencio o el hermetismo ante ciertos temas o cuestiones.
«En nuestro vivir cotidiano ponemos en marcha mecanismos de comunicación corporales y silenciosos que bloquean la canalización de nuestra afectividad con otros».
- Nuestros niños, niñas y adolescentes tienen curiosidad, preguntas, deseos, fantasías, sueños… que deben de ser sostenidas, acogidas por las personas adultas para poder encontrar respuestas coherentes y saludables.
«Sembrar espacios de encuentro en nuestro día a día a través de preguntas abiertas, es acompañarlos en la construcción de su identidad personal. Yo soy».
Lograr una comunicación afectiva y efectiva con nuestros hijos e hijas es una oportunidad para todos que nos permite hablar de lo que somos.
Por tanto, hablar de sexualidad y afectividad es dialogar sobre nuestros sentires, nuestros cuerpos, nuestras emociones, nuestras relaciones, nuestros deseos, nuestros sueños, nuestras fantasías, nuestras vocaciones, nuestras respuestas sexuales… Y es tarea de todos.
Claves que podemos abordar
Como padres podemos:
- Enseñarles a nombrar las partes del cuerpo por su nombre desde pequeños.
- Permitirles explorar con su cuerpo en espacios privados.
- Clarificar información adaptándola con vocabulario y frases a su edad biológica.
- Crear puentes de comunicación a través de preguntas abiertas, sin juicios ni estigmatizaciones.
- Generar, con ellos, espacios de encuentro, a través de películas o escenas que puedan surgir cotidianas y poder reflexionar con ellos.
La clave es hablar con naturalidad, con espontaneidad, con humor.
Porque a hablar de educación afectivo-sexual también se aprende y ellos nos necesitan. No hay mejor herencia que una comunicación afectiva y efectiva desde la confianza, la asertividad y la predisposición al encuentro. Con lo que somos. Personas sintientes del mundo y para el mundo.
«No dejes en manos de otros lo que tú puedes hablar con ellos»
«Aprender y desaprender es la clave».
Y tú ¿qué opinas?
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.