Educar sin gritos, castigos ni discusiones es posible. Un enfoque basado en el respeto mutuo y la colaboración, evitando caer en el control excesivo y la permisividad. Todo con la intención de enseñar a nuestros hijos e hijas competencias básicas para la vida.
Recomendado para familias con hijos 0 a 16 años.