Comunicación familia-escuela en la intervención educativa de alumnos con TEA
La realidad que impera actualmente en los colegios se caracteriza por una gran diversidad de alumnado. En este sentido, destaca, en los últimos años, un importante incremento en el número de alumnos con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).
Es un reto diario para profesores y padres sacar el máximo rendimiento de estos alumnos y alumnas e hijos e hijas, respectivamente, y ofrecerles un entorno lo más amigable posible, para obtener un desarrollo adecuado y experiencias positivas.
Comunicación familia-escuela
Cuando un alumno o alumna llega al centro escolar debemos ser conscientes de la importancia que tiene, para el equipo de profesores, conocer al alumno/a fuera del entorno escolar. La primera fuente de información es la familia, que son las personas más vinculadas al niño o niña. Conocer sus preferencias, hábitos, rutinas, dificultades diarias, rituales, formas de comunicación, etc., es una de las primeras informaciones que las familias deben compartir con el equipo docente. Con esta información, el profesorado puede anticiparse a situaciones que al alumno o alumna le pueden poner en una situación incómoda.
Es de suma importancia conocer los pequeños detalles, avances, gustos, nuevos rituales y actividades que el alumno o alumna va desempeñando en el ámbito familiar y trasladarlos al entorno escolar.
Existe la premisa de que cuanto más conocimiento tengamos de ellos/as, mayor será la conexión que creemos con él o ella, tendremos en cuenta más variables que le puedan dificultar su desempeño en el medio escolar y podremos adaptar actividades y propuestas a su zona de confort, para iniciar la creación de un vínculo emocional desde esta situación de tranquilidad.
Este proceso de adaptación al medio escolar varía en función de cada alumno o alumna y será la comunicación entre familia y escuela la que determine y vaya marcando el proceso, incrementando tiempos y rutinas.
Tan importante es la comunicación inicial entre familia y escuela, como que esta sea fluida y de confianza entre ambas partes. Para los alumnos o alumnas con TEA, las imágenes, las fotos y los pictogramas son parte imprescindible de su aprendizaje, pues son elementos importantes para su comunicación. Esta deberá apoyarse en dichos recursos, para que sea comprendida por ellos y ellas y sirvan, a la vez, como estimulación de la comunicación y del lenguaje. Conocer, por ejemplo, lo que han hecho en la jornada escolar a través de una imagen o un vídeo y, a partir del ahí, hablar con el niño o niña de ello, asociarlo a emociones, a personas, etc., es un trabajo indiscutible para trabajar la comunicación diaria.
El trabajo debe ser bidireccional, de casa a la escuela y viceversa, con herramientas similares, en la que el alumno o alumna pueda participar de aquello que ha hecho el día anterior, el fin de semana o durante un periodo vacacional. Si nos encontramos con alumnos o alumnas que se encuentran en estadios de comunicación muy tempranos, no podemos ignorar que este tipo de intercambio también ayuda a fomentar dichos procesos.
Conclusión
Como maestra especialista con alumnos y alumnas con TEA, puedo decir que la experiencia me ha ayudado a sacar estas conclusiones y a animar a familias y maestros a establecer canales de comunicación y de conocimiento del alumno y alumna, con el único objetivo de fomentar al máximo su desarrollo.
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