Cómo elegir una actividad extraescolar adecuada para nuestros hijos

Durante muchos años se pensó que la inteligencia era algo genético, incluso se relacionaba con el tamaño del cráneo. Pero Howard Gardner, gracias a su teoría de las inteligencias múltiples demostró que no era así.

La inteligencia no es innata, se puede desarrollar por medio de la educación individualizada.

Existe cierto componente genético, pero cada niño tiene muchísimas posibilidades si se saben explotar.

Cuando hablamos de inteligencia, nos estamos refiriendo a un concepto más amplio que no siempre deberíamos relacionarlo con el éxito académico de nuestros hijos e hijas.

La inteligencia es una suma de capacidades diferentes.

Los primeros test de inteligencia medían las habilidades lógico-matemáticas y lingüísticas, pero tenemos más talentos que nos pueden llevar a lograr el éxito en nuestra vida.

Podemos señalar que la inteligencia es educable, es decir, nacemos con capacidades innatas, pero, en función de la estimulación, se desarrollarán más o menos.

Todos poseemos todas las inteligencias en mayor o menor grado.

¿Cómo elegimos las actividades extraescolares?

Si, como padres y madres, conocemos las aptitudes, gustos, intereses y limitaciones de nuestros hijos e hijas, podremos estimular y desarrollar sus talentos o reforzarlos a través de la elección de ciertas actividades extraescolares.

Para elegir una actividad extraescolar adecuada es necesario:

1. Ayudar a desarrollar las diferencias de cada uno de nuestros hijos e hijas.
2. Fomentar un aprendizaje vivencial que estimule la emoción por aprender, para asegurar el éxito.

Para entender esta idea hacemos referencia a una reflexión de Albert Einstein:

«Todos somos genios, pero si juzgamos a un pez por su capacidad de trepar árboles vivirá pensando que es un inútil».

• ¿Por qué exigimos, a veces, los mismos objetivos, a los hijos e hijas, si cada uno es diferente?
• ¿Para qué elegimos nosotros la actividad extraescolar sin contar con los intereses o aptitudes de nuestros hijos e hijas?
• ¿Qué nos lleva a inscribir en la misma extraescolar a nuestros hijos e hijas, sabiendo que cada uno muestra intereses diferentes?

La respuesta es clara: por organización familiar…

Desde Up!family os recomendamos valorar todos los ámbitos y no solo el académico, para elegir una actividad extraescolar.

Por eso, hay que buscar el equilibrio entre aquella actividad que le haga disfrutar y le motive y, al mismo tiempo, la necesite y le suponga un reto.

Un ejemplo claro: si a nuestro hijo o hija le cuesta el aprendizaje de un idioma extranjero, pero le interesa la tecnología, podemos ofrecerle una actividad extraescolar en la que aprenda el idioma por medio de herramientas tecnológicas (tablets, chromebooks, portátiles…).

Una adecuada actividad extraescolar puede ayudar a nuestros hijos e hijas a descubrir sus talentos, a desarrollar sus capacidades y a impulsar el desarrollo de su personalidad.

Además, las actividades extraescolares promueven la seguridad en uno mismo y disminuye el estrés.

Para ayudar y educar emocionando a nuestros hijos e hijas y conseguir una excelencia y calidad educativa, es importante tener en cuenta su desarrollo personal y su felicidad.

Desarrollar, especialmente, las inteligencias intrapersonal e interpersonal será necesaria porque son el origen de la inteligencia emocional. La mayor parte de los factores de felicidad y éxito del ser humano derivan del equilibrio personal y de la relación con los demás.

La clave está en saber combinar el disfrute con la exigencia.

Conclusión

Las actividades extraescolares pueden tener innumerables efectos positivos sobre el desarrollo integral de nuestros hijos e hijas y ser una fuente de recursos en el estímulo de las inteligencias múltiples.

Nuestro reto, como padres y madres, es saber elegir las que son adecuadas. Por eso, debemos conocer, de manera individualizada a nuestros hijos e hijas, para buscar el equilibrio entre aquello que le interesa y aquello que le suponga un reto y requiera de un mayor refuerzo.

Por supuesto, hay que evitar saturarles y agotarles y contar, en todo momento, con su opinión, aptitudes y preferencias.

Todo esto repercutirá favorablemente en el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos e hijas y les transmitiremos valores, como la paciencia, la autodisciplina, la perseverancia, el esfuerzo, la seguridad en uno mismo y la motivación.