Consejos para ayudar a familias con hijos o hijas con necesidades especiales
La semana pasada iniciamos un ciclo, de cinco post, bajo el título «No nos habían preparado para esto: Familias con hijos con necesidades especiales».
Hoy, publicamos el segundo de esta serie de post: Consejos para ayudar a familias con hijos o hijas con necesidades especiales.
La familia juega un papel fundamental en el desarrollo de sus hijos e hijas, ya que además de trabajar con otros agentes externos, como la escuela, los Equipos de Atención Temprana, la parte clínica, los centros externos…, deben continuar con esa labor en el hogar.
Si para la mayoría de los padres y madres es complicado conciliar la vida familiar y laboral, para estas familias es más difícil. Tienen que incluir, además, visitas médicas, de manera casi continua, esperas para ser atendidos por los Equipos de Atención Temprana de cada comunidad y sesiones casi diarias de tratamientos o terapias en centros especializados.
Consejos para ayudar a familias con hijos o hijas con necesidades especiales
Desde Up!family os ofrecemos unos tips, relacionados unos con otros, para conseguir el bienestar emocional y familiar.
- Cuidarse para poder cuidar. Hay que cuidarse para poder cuidar. Es conveniente, que todos los padres y madres, puedan tomarse unos días libres las veces que lo necesiten; quedar con amigos, o a solas con uno mismo, favorece tu propio autocuidado. Buscad ayuda y apoyo en vuestro entorno y también ayuda psicológica, si fuera necesario, porque seguro os será de gran ayuda para sobrellevar el día a día. En definitiva, recargar las pilas, de vez en cuando, ayudará a ser un mejor padre o madre y una mejor pareja.
- Aceptar la ayuda de familiares y amigos. Siempre habrá amigos o familiares disponibles a los que poder pedir ayuda. No hay que demostrar constantemente que somos super padres o super madres. Somos seres humanos, por lo que podemos permitirnos, en alguna ocasión, derrumbarnos para levantarnos luego con más fuerzas y ganas. Vivimos en una sociedad ocupada y eso provoca que resulte difícil pedir o aceptar ayuda. Puede costar pedir ayuda porque, tal vez, pensemos, que nadie será capaz de hacer las cosas tal y como las haríamos nosotros, pero hay que aprender a delegar y a trabajar en equipo. Tenemos que olvidarnos de esa creencia de que los padres somos héroes, capaces de manejar nuestras propias necesidades y las de nuestros hijos. Recurrir a otras personas no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Hay que aprender a pedir ayuda y a aceptar la cooperación de un amigo o familiar.
- Realizar una lista de necesidades. Seguro que, en algún momento, alguien de tu entorno se ha ofrecido a ayudarte a cubrir tus necesidades, pero realmente no sabe cómo hacerlo. Permíteles entrar en tu mundo porque seguro que esa mano amiga será, en muchas ocasiones, de gran ayuda. Podrá escucharte, acompañarte a alguna sesión, terapia o visita médica, ofrecerte conversación o ser la persona que reciba y recoja tus miedos e inseguridades.
- Confiar en las personas de tu entorno, para dejarles, en algún momento, a tu hijo o hija. Seguro que no lo hará igual que tú, pero enséñales. De esta manera, podrás contar, en todo momento, con una persona de tu confianza que pueda quedarse al cuidado de tu hijo o hija. Confía igualmente en los expertos, ya sean clínicos, psicopedagógicos, educativos… Ellos, al igual que tú, buscan el bienestar de tu hijo e hija. Aquí radica la importancia del trabajo en equipo.
- No delegar el resto de las tareas en tus otros hijos o hijas, en caso de tenerlos. Además, es muy importante pasar también, tiempo a solas con ellos y ellas. Recuerda que todos tus hijos e hijas te necesitan de una u otra manera. Puedes pensar que ellos, al ser autosuficientes no requieren de tu ayuda, pero seguro que también necesitan un cuidado emocional por tu parte.
- Fórmate para ayudar a tu hijo e hija, acudiendo a programas de apoyo, asociaciones, cursos, lectura de libros… De esta forma, el seno familiar será fuente de progresos garantizados, al ofrecer, a tus hijos e hijas, los mejores recursos.
- No des importancia a quien no sea empático con tus necesidades. Deja de lado el miedo al rechazo. Es cierto que encontrarás personas que no estarán a la altura de las circunstancias o que no empatizan con tu situación. No pasa nada, apóyate en aquellos que sí lo hacen. Que una mala experiencia no te impida quedar con otras familias que estén o no en tu misma situación.
- Piensa siempre en positivo e intenta normalizar tu vida al máximo. Todo mejorará con el tiempo. El tiempo os demostrará que pudisteis con todo, como familia, por el amor a vuestro hijo e hija.
Conclusión
A ninguna familia se la prepara para tener un hijo o hija que tenga una necesidad especial, ya sea física, psicológica o de salud. Por ello, es importante formar tribu para aprender a pedir ayuda o ofrecerla, como sociedad, a aquellas familias que lo requieran.
Basémonos en la filosofía Ubuntu que estaba vinculada a la lealtad y la solidaridad. El término podría traducirse como:
humanidad hacia otros.
o
soy porque nosotros somos.
Existe un proverbio africano en casi todas las lenguas bantúes del continente que describe a la perfección el concepto de UBUNTU y que se traduce, más o menos, así:
Una persona es una persona a través de los demás.
Podría resumirse en un:
Trata a los demás cómo te gustaría que te tratasen.
Pero este concepto va más allá:
«No sólo debemos estar atentos a lo que hacemos sino a cómo lo hacemos…, no es solo una forma de comportarse, sino de ser, de existir en el mundo».
Y tú ¿qué opinas?
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