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El vínculo afectivo: la base de las familias modernas

Hoy, 15 de mayo, se celebra el Día Internacional de las Familias para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes.

Con ese motivo, queremos lanzar una reflexión: ¿actualmente, a qué consideramos «familia»? ¿Podrías definirlo de una manera concreta?

La RAE (Real Academia Española) nos aporta dos definiciones de familia:

  • Grupo de personas formado por una pareja (normalmente unida por lazos legales o religiosos), que convive y tiene un proyecto de vida en común, y sus hijos, cuando los tienen.
  • Conjunto de ascendientes, descendientes y demás personas relacionadas entre sí por parentesco de sangre o legal.

¿Se adecúan estas definiciones con tu idea de familia?

Siglo XXI: ¿qué entendemos por familia?

El papel de la familia tiene una característica inalterable: la importancia de marcar la vida futura de sus miembros a la hora de gestionar los conflictos y de enfrentar las distintas situaciones de la vida. Sin embargo, es lo único inamovible, ya que es un concepto que ha ido evolucionando.

Según anunciaba Gimeno, en 1999, los cambios se ven reflejados en los miembros que componen el núcleo familiar, los roles de cada uno y las funciones del grupo familiar (se han perdido algunas como la función política y, en algunos casos, de procreación).

La familia, sea cual sea su forma, sigue siendo un pilar importante en la base de la personalidad de cada individuo.

Para entender la actualidad debemos retroceder al pasado del concepto familiar. Los inicios de este concepto se establecen en la era preindustrial/feudal, donde la familia era extensa y había un mandato patriarcal. Con los avances industriales se generó el concepto de familia tradicional, que se caracterizaba por tener unos roles masculinos y femeninos marcados, con un predominio del poder masculino y penalización de actos como el divorcio, la anticoncepción y el aborto. En esta época encontramos poca libertad para los miembros de la familia.

Con el paso del tiempo, sobre todo a raíz de la Constitución de 1978, surge un nuevo concepto familiar: la familia moderna. En esta época se iguala el papel del hombre y de la mujer y se establecen nuevas formas de relacionarse desde el vínculo afectivo con los hijos.

Es esta la base sobre la que se han ido generando los diversos estilos familiares que existen en la actualidad.

¿Esto qué significa? Que las relaciones familiares se forman teniendo en cuenta la filiación, el matrimonio y la residencia. Por lo tanto, el concepto se ha dirigido hacia el vínculo y no tanto hacia la consanguinidad.

El concepto familiar ya no depende únicamente de los lazos de parentesco.

La importancia de los cambios demográficos

Si pensamos en la vida de nuestros padres o abuelos podemos localizar numerosas diferencias con relación a nuestras formas de vivir. En la evolución de la sociedad nos enfrentamos a un cambio a nivel laboral y personal, influido por nuevas prioridades y dificultades, que marcan totalmente el rumbo de la humanidad.

El siglo XXI está marcado por:

  • Descenso de la natalidad: los índices de nacimientos contabilizados en el año 2020 nos muestran una tendencia negativa en todas las vertientes.
  • Disminución del tamaño medio de los hogares: En la Proyección de hogares 2020- 2035 (INE), se prevé que haya un crecimiento de estos en más de 1.000.000, de los que, en su mayoría, serán hogares de 2 personas, seguidos de los de 1 persona. Por lo tanto, encontramos un aumento de los hogares unipersonales y monoparentales, con mayoría de mujeres (1.582.100) ante los hombres (362.700).
  • Problemas de conciliación: la nueva sociedad trae consigo dificultades de conciliación de la vida laboral, personal y familiar. La última Encuesta de fecundidad (2018) del INE, muestra un alto número de mujeres (10.463.612) y de hombres (10.111.138) que desean tener hijos, frente a cuántos los han tenido (menores de 30 años): 330.637 para mujeres y 140.161 hombres. Aunque se ha avanzado en esta área, sigue siendo la mujer la que soporta mayor peso del cuidado de los hijos.
  • Aumento de la edad de emancipación: íntimamente relacionado con el aumento en la edad de concepción. En la Encuesta Continua de Hogares (INE) del 2020 se indicaba que el 55% de los jóvenes de 25-29 años vivía con sus padres. Se observaba también un incremento en la franja de 30-34 años que se mantenía en esa situación.

¿Y el futuro?

Aunque los datos nos muestran una tendencia, el futuro nunca es definitivo. La sociedad siempre se encuentra en evolución y, por ende, cada uno de nosotros. Actualmente, somos los individuos los que elegimos la familia que queremos formar entre la multitud de opciones que vemos en nuestro día a día: familias monoparentales o tradiciones, homoparentales, reconstituidas o de padres separados, extensas, adoptivas o de acogida y, más común cada vez, sin hijos. Sin embargo, esto no es estático. Tal y como la historia nos va contando, los cambios seguirán apareciendo e, inevitablemente, surgirán nuevas formas de vida y de familia.

Lo que sí está claro es que avanzamos hacia una afectividad y conciencia emocional cada vez mayor.

La educación basada en la comunicación positiva, la inteligencia emocional y la consciencia se va colando progresivamente en nuestras vidas.

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