Desde Up!family apostamos, en todo momento, por una crianza consciente basada en el cariño y el respeto; una educación positiva en la que situamos al niño y la niña en el centro, potenciando su autonomía y responsabilidad. Así, serán capaces de pensar por sí mismos y de tomar, progresivamente, sus propias decisiones, desde el pensamiento crítico, la curiosidad y la creatividad.

Si algo caracteriza al método Montessori es su mirada de admiración y respeto a la infancia, ya que promueve que cada niño y niña pueda convertirse en la mejor versión que puede llegar a ser.

Ideas clave sobre la mirada Montessori

Compartimos siete ideas para construir un hogar siguiendo la pedagogía Montessori:

• Ambiente preparado. El método Montessori potencia la autonomía del niño y la niña y favorece el aprendizaje de la vida práctica en casa de manera significativa. Promueve un ambiente preparado, ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños y niñas. La libertad se desarrolla dentro de unos límites claros que permite a los niños y niñas convivir en familia respetando, en todo momento, su ritmo de aprendizaje.
• La autonomía. La casa se convierte en un lugar que la fomenta trabajando la independencia del niño y la niña, desarrollando, a su vez, un objetivo principal, como es el conocimiento de sí mismo y misma y su autonomía personal. Por eso, las cosas que ellos y ellas necesitan deben estar a su altura, para que no tengan que pedirnos ayuda. Se trata de adaptar el hogar a medida que van creciendo.
• Seguridad. Aplicar medidas de seguridad en función de la edad del niño y la niña: enchufes, cajones, armarios con medicamentos o productos de limpieza… Además, hay que evitar obstáculos que dificulten su independencia y autonomía, como tener un difícil acceso a sus juguetes, libros, a su ropa, al lavabo, etc.
• Sentido de pertenencia. Los niños y niñas necesitan sentir que pertenecen a un grupo, en este caso, la familia y que son queridos y tenidos en cuenta. Adultos, niños y niñas necesitamos saber que importamos y que nuestras ideas y opiniones son escuchadas y valoradas. El papel de madres y padres, en este aspecto, es primordial. Crear un ambiente familiar, en el que nuestros hijos e hijas participen y se les dé espacio para ser responsables, hará que socialicen con más facilidad y que se sientan más integrados en los diferentes grupos de los que formarán parte: amistades, colegio, deporte…
• La estética y el orden. Ambos factores ayudan a desarrollar el orden mental. Por ello, es necesario evitar tener estanterías repletas de juguetes o cestas con materiales mezclados. Todo debe estar clasificado, ordenado y procurar que cada elemento ocupe su lugar.
• Etapas sensibles. El mobiliario y la decoración deben adaptarse a las diferentes etapas sensibles del niño y la niña. Los muebles Montessori o las adaptaciones que hagamos en el hogar, en cuanto al mobiliario y decoración, deben ser flexibles y susceptibles de modificación cuando sea necesario.
• Materiales didácticos. Juguetes y juegos Montessori ofrecen al niño y niña una serie de estímulos dentro de su proceso de enseñanza-aprendizaje. Estos materiales, que podemos elaborar nosotros, padres y madres, como tableros sensoriales de arena, materiales con diferentes texturas, etc., fomentan su autonomía y el desarrollo de todas sus capacidades. Además, están ideados para captar la curiosidad del niño y la niña y guiarlo por el deseo de aprender. Ofrecer recursos, entornos y materiales prácticos va a contribuir a que niños y niñas desarrollen un aprendizaje significativo y, a su vez, les ayudará en su desarrollo integral y armónico.

Conclusión

El primer paso para crear un ambiente preparado, en nuestro hogar, es establecer prioridades para aplicar, de manera progresiva, pequeños cambios.

Podemos empezar por los espacios que consideramos más necesarios en el día a día, como la habitación de juegos, dormitorio o el baño y, poco a poco, ir ambientando el resto del hogar.