Up!family es mucho más que una escuela de padres. Es un lugar de encuentro para familias abierto 24x7, donde no solo encontrarás los cursos para padres específicos y adaptados a la edad de tu hijo, sino que además también formarás parte de la tribu UP.

La tribu UP nos acompaña, entiende, ayuda, alienta, anima... En ella encontramos diversos espacios para acompañar a madres y padres en la maravillosa tarea de educar a nuestros hijos.

Por una una maternidad consciente, informada y positiva. No ofrecemos recetas ni soluciones mágicas, pues sabemos que no existen. Ponemos a tu disposición contenidos y recursos educativos para que tomes las decisiones que mejor se adaptan a tu proyecto familiar.

¡Bienvenido a la tribu UP!


Contacta con nosotros:
secretaria@universidaddepadres.es

Blog

Home  /  Blog UP   /  Comunicación de los padres con los hijos

Comunicación de los padres con los hijos

En el centro de toda relación sólida y fructífera con los jóvenes en casa está la comunicación. Es el cordón umbilical que nos proporciona la vía más directa e influyente para desarrollar una educación y crianza positiva. En la comunicación de los padres con los hijos intervienen diferentes factores, pero existe un denominador común cuando estamos en la fase de la adolescencia: la incertidumbre.

La adolescencia es, posiblemente, la época más complicada en la relación entre padres e hijos. Y lo es porque exige mucho esfuerzo, compromiso, paciencia, empatía y mucha mano izquierda.

También lo es porque es una etapa ligada a infinidad de prejuicios que desde siempre se les presuponen a los jóvenes (rebeldes, temerarios, egoístas, vagos…), y que ni mucho menos es una característica colectiva a definir tan a la ligera.

En Up!family conocemos muy de cerca los entresijos del trabajo y de las acciones a desarrollar para construir una comunicación de los padres con los hijos fluida, natural y efectiva. ¿Cómo se llega a tal punto? Lo vemos a continuación.

Cuando son niños

La comunicación con niños y niñas de corta edad está sujeta a una condición inalterable: su desarrollo madurativo. Si todavía no hablan, no comprenden conceptos como el tiempo, el espacio o la moralidad, o no tienen asimilada una jerarquía de autoridad, imposible que puedan hacer caso a sus padres y madres de la forma que esperamos de unos hijos. 

En esta fase, ser pacientes y desgranar nuestra conversación en pequeñas y sencilla ideas, siendo conscientes de lo que podemos exigirles. Les cuesta prestar atención, por lo que largos sermones serán infructuosos. 

El gran salto a la adolescencia

Es un momento de grandes y notorios cambios físicos, y sobre todo emocionales. También sociales a nivel colectivo. 

Los hijos adolescentes necesitan autonomía. El sobre proteccionismo no ayuda, ni a su desarrollo cognitivo ni a su crecimiento experiencial en cada uno de los ámbitos de sus vidas. Necesitan descubrir cosas de su entorno, a sí mismos, encontrar su lugar en el mundo, sus primeros grandes objetivos en sus vidas, sus deseos, sus miedos. Y claro está, entender y lidiar con los cambios de humor, de estado de ánimo. Saber que esos altibajos son parte del proceso de la adolescencia en su inalterable camino a la transformación final en seres adultos.

Todos estos cambios han de ser entendidos como parte intrínseca de este pequeño gran proceso que es la adolescencia. Y como padres y madres, debemos ser conscientes de todas estas pequeñas trabas que van a emerger en nuestra comunicación con los hijos. La empatía que ya hemos mencionado líneas atrás en el artículo.

Desde la comunicación y la compresión alcanzaremos el objetivo de llevar la adolescencia de nuestros hijos sin grandes dramas ni pérdidas de respeto ni confianza en el camino.

Hablar es la mejor vía para entender y conectar con los adolescentes. Pensar en pedirles colaboración en lugar de limitarnos a dar órdenes. En este pequeño gran giro de enfoque radica la esencia de lo que queremos transmitir. 

Los muchos cambios que se avecinan en ellos serán menos traumáticos e impactantes si antes y durante se habla de ellos. Algunos de esos grandes cambios son:

  • Despertar de la sexualidad
  • Toma de importantes decisiones (académicas, familiares, sociales)
  • Importancia de la imagen física
  • Relaciones sociales

Y, ¿cómo enfocar estas conversaciones de los padres con los hijos? A través de la asertividad. Desde la franqueza y la naturalidad. Es fundamental no caer en monólogos ni sermones. Son infructuosos en la mayoría de los casos. Mucho mejor afrontar cada temática desde el diálogo, con preguntas y respuestas. Da igual el rol de los protagonistas, quién pregunta y quién responde. Reforzar los lazos de confianza entre padres e hijos. 

comunicacion de los padres con los hijos

Voto de confianza, ser empáticos

Dos elementos clave entran en acción: la empatía y el respeto.

Lo que comúnmente piensan los padres y madres de «nosotros también hemos sido adolescentes», no a todos los progenitores les vale a la hora de ser comprensivos y flexibles con el comportamiento de los hijos. A pesar de que son conscientes de las dudas, inseguridades, miedos y también errores que protagonizan esos delicados años, educan con cierta severidad y poco diálogo.

Sin embargo, de cara a una relación sólida y basada en el respeto mutuo, es muy necesario otorgar un margen de confianza a los jóvenes en este periodo de la adolescencia. Confianza en que desarrollen su personalidad, su mentalidad en cuanto a la toma de decisiones, desde el espacio que se ha construido con los padres a lo largo de los años, que se basa en una comunicación positiva, en escuchar y ser escuchado, en compartir puntos de vista y experiencias, y también en la definición de límites morales y de conducta consensuados. Ahí veremos la efectividad de esa comunicación de los padres con los hijos a lo largo de los años anteriores. 

Menos autoridad y más respeto

El papel (evidente) de figura de autoridad que tenemos los adultos en el núcleo familiar no nos debe confundir en el ejercicio de comunicación de los padres con los hijos. Incluso en momentos donde los jóvenes tienen un mal día o se comportan de manera que nos pueda irritar, hay que preguntarles con sincero respeto el motivo de tal actitud. 

En este sentido, abrirse emocionalmente es una gran lección para los más pequeños de sus padres y madres sobre cómo gestionar esas emociones. Que sepan cómo nos sentimos ante esa actitud suya servirá para que ambos, adultos y jóvenes, validen y pulsen las emociones del prójimo y sepan cómo actuar en esa situación particular que les atañe.

Conclusiones

La comunicación de los padres con los hijos es todo un ejercicio de conexión, psicología, respeto, mano izquierda y mucha, mucha conversación. Con todos estos elementos sobre la mesa, es muy importante que sepamos advertir cuándo hay una anomalía o cambio brusco en la actitud o estado de nuestros hijos. Si de repente, por ejemplo, no comen, salen con gente diferente o tienen estados de ánimo radicales (tristeza, agresividad, rebeldía…), podría ser una señal de que algo significativo está ocurriendo en sus vidas que requiere la atención máxima de los progenitores. 

En Up!family siempre hemos apostado por una disciplina positiva con nuestros hijos e hijas, donde la ausencia de amenazas, gritos, de imposiciones y sermones sea lo que impere. Donde les preguntemos y les involucremos cuando conversemos con ellos para que así se sientan reconocidos y tenidos en cuenta, y donde la escucha activa por nuestra parte sea una herramienta recurrente y crucial.

Se el primero en comentar…
Y tú ¿qué opinas?