Up!family es mucho más que una escuela de padres. Es un lugar de encuentro para familias abierto 24x7, donde no solo encontrarás los cursos para padres específicos y adaptados a la edad de tu hijo, sino que además también formarás parte de la tribu UP.

La tribu UP nos acompaña, entiende, ayuda, alienta, anima... En ella encontramos diversos espacios para acompañar a madres y padres en la maravillosa tarea de educar a nuestros hijos.

Por una una maternidad consciente, informada y positiva. No ofrecemos recetas ni soluciones mágicas, pues sabemos que no existen. Ponemos a tu disposición contenidos y recursos educativos para que tomes las decisiones que mejor se adaptan a tu proyecto familiar.

¡Bienvenido a la tribu UP!


Contacta con nosotros:
secretaria@universidaddepadres.es

Blog

Home  /  Blog UP   /  Cómo fomentar la autonomía de nuestros hijos e hijas

Cómo fomentar la autonomía de nuestros hijos e hijas

La autonomía es la capacidad que tenemos las personas para desenvolvernos en el mundo, buscar soluciones por nosotros mismos y, en definitiva, ser capaces de vivir sin depender de otros. Sin duda, ayudar a nuestros hijos e hijas a que desarrollen su autonomía es una apuesta para su futuro, pero también para su presente. Así, les favorecerá para sentirse cada día más capaces de hacer cosas, les permitirá tener una autoestima adecuada y podrán desarrollarse de manera equilibrada.

Pero ¿cómo hacerlo para evitar exigirles más de lo que son capaces de hacer o sobreprotegerles en exceso? A continuación, se recogen algunas ideas para ayudarnos a fomentar su autonomía y que sean capaces de hacer todas aquellas tareas y actividades propias de su edad: 

No hagas por ellos lo que puedan a hacer solos

Imagina que te estás poniendo los zapatos y uno de ellos se te atasca un poco. De repente, alguien te arranca el zapato de la mano y te lo pone mucho más rápido y con más habilidad, haciéndote sentir un poco inútil por ello. ¿Te sentirías respetado? Pues lo mismo que les pasa a nuestros hijos e hijas cuando hacemos cosas por ellos que saben hacer. En muchas ocasiones, fruto de nuestra prisa, de nuestra necesidad de controlar todo o de nuestra exigencia porque las cosas se hagan a nuestra manera, acabamos haciendo cosas que ellos pueden hacer solos. Y lo peor, acabamos quejándonos porque no lo hacen. Debemos ser capaces de soltar el control, dejar que sean ellos los que lo hagan, lo practiquen, vayan perfeccionando, y dejarles el tiempo que necesitan para ello. Como tú, también quieren ser respetados.

Dedica tiempo a que se sientan capaces, sin sobreproteger pero tampoco dejándoles a su suerte

Cuando se inician en alguna tarea, debemos ser conscientes de que seguramente carecen de habilidad para hacerla correctamente. Es importante dedicar tiempo, ayudarles bastante al principio e ir retirando la ayuda hasta que nos aseguremos de que se sienten competentes. Su ritmo no es el nuestro, por lo que debemos observar cómo va sucediendo. Es posible que descubramos que en ocasiones necesitan ayuda durante mucho tiempo y en otras, con un poco de apoyo al principio será suficiente.

Alienta los pequeños avances

Explícale todo lo que ha conseguido, aunque aun no le salga aun perfecto. Eso le ayudará a querer seguir intentándolo. Como decíamos en el anterior apartado, al principio necesitarán mucha ayuda, pero cualquier avance necesita ser apoyado. Describe lo que está consiguiendo, dile que confías en que lo logrará, haz que se sienta orgulloso de sus avances.

Ofrece ayuda siempre que sea necesario, aunque se trate de algo que deberían saber ya

Es posible que haya que explicarles varias veces lo que esperamos de ellos. Además, en muchas ocasiones, necesitarán ayuda para cosas que ya hacen solos. Anímales a que sigan intentándolo, pero no lo hagas por ellos para evitar que dejen de querer intentarlo.

Estimula su razonamiento

No escatimes en explicaciones acerca de las razones por las que es importante hacer tal o cual tarea, cuéntale cómo lo haces tú, qué pasos puede dar. Las preguntas son una herramienta fundamental para promover su pensamiento crítico y les permiten llegar solos a conclusiones. Por ejemplo, si hemos «entrenado» cómo podemos recoger el agua que se ha derramado, vemos que el agua se ha caído y no lo ha recogido, en lugar de decir «Limpia el agua», podemos decir «¿Te acuerdas lo que hacíamos cuando se caía el agua?».

No chantajees, ni castigues; tampoco necesitan premios

Si queremos fomentar su autonomía, debemos dejarles que ellos tengan el control de lo que hacen. Cuando premiamos o castigamos, el control lo tenemos nosotros. Destaca lo gratificante que es sentirse capaz de hacer las cosas solos. Cuando les damos premios por hacer cosas, le estamos quitando el valor que tiene el hecho en sí para dárselo a los premios. Por ejemplo, cuando les decimos «te doy un premio si te lavas los dientes todos los días» lo que estamos haciendo es motivarles para que consigan el premio, no para que se laven los dientes y sean autónomos y responsables. Debemos esforzarnos porque el «premio» sea la propia sensación de bienestar que sienten al ser capaces de hacerlo solos. Lo mismo sucede si les chantajeamos o amenazamos con castigarles. Seguirán sin hacer las cosas porque son autónomos sino porque nosotros se lo imponemos. 

Involúcrales

Haz que se sientan útiles en casa, que sientan lo gratificante que es colaborar. Puedes asignarle tareas acordes a su edad. Y no olvides agradecérselo para que se sientan vistos cuando lo hacen. Hay miles de oportunidades en el día a día para practicar habilidades y fomentar la autonomía, desde que son bebés.

Destaca lo positivo

No te centres en lo que no esté del todo a tu gusto, aunque nos cueste. Por ejemplo, si están aprendiendo a hacerse la cama, debemos destacar que lo hagan, ayudándoles a mejorar de manera constructiva. Si cuando lo han hecho lo único que ofrecemos es un juicio por las arrugas que han dejado, es posible que mañana no se muestren tan motivados para hacerlo. Debemos asumir que, sobre todo al principio, no lo harán igual que nosotros, pero que podemos ofrecer nuestra ayuda. Por ejemplo, podemos decir, «veo que hoy has hecho tu cama solo, ¡buen trabajo! ¿me ayudas a estirar esta esquina del edredón que ha quedado doblada?». 

Deja que experimenten las consecuencias naturales de lo que les cuesta más asumir

Es normal que, a medida que van siendo más autónomos, haya cosas que no les guste hacer o que no les apetezca en algún momento. Aunque en alguna circunstancia podamos hacerlo por ellos, tenemos que darnos cuenta de que, si siempre les «rescatamos» y lo hacemos por ellos, les costará mucho más aceptar que deben ser ellos los que lo hagan. Es importante que ellos descubran las ventajas de hacer las cosas solos y también las desventajas de no hacerlo.

Juega con él o ella a «hacer cosas» que fomenten su autonomía

El juego es la principal herramienta para aprender habilidades en la infancia. Si convertimos todo en un juego, participarán de buen grado en cada una de las tareas que propongamos. También nosotros aprenderemos a disfrutar un poco más de las tareas cotidianas.

Recuerda que la autonomía es un terreno que nuestros hijos e hijas deben conquistar poco a poco y que nuestro papel a su lado es fundamental para que puedan conseguirlo.

Si quieres seguir leyendo sobre este y otros temas, en el libro Emoprende en familia: una guía práctica de educación positiva y consciente (Rabanal y Peñafiel, 2021) proponemos un montón de ideas y herramientas para poder seguir desarrollando nuestras habilidades de crianza y disfrutar cada día más de nuestros hijos e hijas.

Profesora del Centro Universitario Cardenal Cisneros. Doctora en Psicopedagogía y experta en inteligencia emocional. Certificados en disciplina positiva por la Asociación Americana de Disciplina Positiva.

Y tú ¿qué opinas?