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Autocuidado para padres y madres: para cuidar, hay que cuidarse

autocuidado de padres y madres

Desde mi experiencia, me he dado cuenta de que, como padres y madres, en muchas ocasiones somos solo eso “padres de…” y nos olvidamos de nosotros mismos en el día a día, y el estrés que llevamos de hacer y hacer no nos deja ver más allá. Sin embargo, la práctica del autocuidado nos ayuda a tener una vida más saludable y beneficia a toda la familia.

Teletrabajo y conciliación

No sé cómo estaréis ahora, no sé qué estaréis sintiendo, ni si os cuidáis o no; lo que sí sé es que el autocuidado nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos y así estar mejor con los nuestros.
Muchas veces nos olvidamos de nosotros, ya que anteponemos las necesidades de los demás a las nuestras, y ayudarnos y priorizar el respetarnos y querernos, es fundamental para acompañar a nuestros hijos. Motivarnos a disponer de un tiempo, dentro de nuestras actividades diarias, para nosotros mismos, no tiene precio. Y debería estar agendado igual que agendamos las demás tareas del día.

Cuidamos y estamos pendientes de los demás y nos olvidamos de nosotros mismos, incluso pensamos que no tenemos por qué dedicarnos ese tiempo. Padres y madres creemos que podemos con todo y que dedicarnos un momento es una pérdida de tiempo o incluso nos sentimos egoístas y culpables.

En mi libro Algo más que mamás, aporto mi experiencia y las herramientas que yo usé para ser ese algo más, ser mucho más que mamá, y aprender a dedicar tiempo para mí sin sentirme culpable y aportar más valor a mi persona para luego estar al 100% con mi familia.

Yo describo el autocuidado como una mesa con cuatro patas. Si a una mesa le falta una de las patas, no puede estar firme, entera y confiada. Nosotros, padres y madres, igual.

Cuanto más cuido las patas, mejor está mi mesa.

Os invito a cuidaros para estar mejor con vosotros mismos, más serenos y relajados y, en consecuencia, mejor para los demás.

¿Cómo autocuidarse para una vida saludable?

Las cuatro patas de la mesa del autocuidado saludable que os propongo, y no solo a padres y madres, sino a cualquier persona, son las siguientes:

  1. Cuidado físico: aquello que hacemos para encontrarnos mejor físicamente y con nosotros mismos. Os dejo unas ideas, pero os invito a descubrir las vuestras, a buscar vuestro momento y aquello que os hace felices. Pensad en los beneficios qué os van a aportar cada una de estas actividades: tener una vida más saludable, encontrarnos mejor físicamente, con más energía, más entusiasmo…
  • Ejemplo: tomar vitaminas, recibir masajes, tomar agua, jacuzzi, bailar, clases de baile, bicicleta, caminar…
  1. Cuidado mental: nuestra cabeza suele estar dando vueltas y rumiando muchos pensamientos. Necesitamos desconectar para poder conectar con nosotros y dejar que fluyan esos pensamientos. Igual que antes, pensad qué beneficio vais a obtener: paz mental, sosiego, tranquilidad, silencio…
  • Ejemplo: leer un libro, leer frases de auto superación o motivadoras, escuchar música relajante, ir a una galería, tomar unas pequeñas vacaciones…
  1. Cuidado emocional: las emociones están en nosotros, muchas veces, como una montaña rusa, y hay que escucharlas, gestionarlas y luego aprender a convivir con las de los demás. El beneficio que podemos obtener es no engancharnos tanto a esa emoción que genera ansiedad, empatizar mejor con otro, bienestar emocional…
  • Ejemplo: escribir un diario, agradecimiento y reconocimiento  a nosotros mismos y a los demás, dar y recibir abrazos, flores en el jardín, sentarse a la luz de la vela, escribir una carta…
  1. Cuidado espiritual: es ir más adentro, si tienes creencias es también esa conexión con la religión. El beneficio es encontrarnos en paz, en conexión con nosotros mismos, concentrarnos en el aquí y en el ahora, mindfulness…
  • Ejemplo: rezar, ayudar a los demás, estar en silencio, meditación…

 

¿Cómo podemos introducir el autocuidado en el día a día?

Una vez que hemos descubierto estas patas, tenemos que incorporarlas en la vida cotidiana, tomarnos en serio este cambio de actitud. Tratemos de conjugarlos con nuestras actividades, el trabajo, la conciliación…

Para eso, nos ayuda decidir el tiempo específico que invertiremos a la semana en cada actividad. Esto, además, se lo hace fácil a nuestro subconsciente. Si logramos convertir estos momentos en un hábito, no nos costará nada llevarlos a cabo. Por ejemplo:

  • Voy a hacer 20 minutos de yoga a las 19:00 en el salón de mi casa.
  • Voy a hacer 10 minutos de meditación o de respiración consciente antes de irme a dormir sentada en mi cama.

Si logramos tener las cuatro patas firmes y atendidas, desde la autoconciencia, será la base para sentirnos mejor y así estar mejor para los demás.

Así que, a partir de ahora, depende de vosotros el incluir en vuestra vida cotidiana el autocuidado, y darle la importancia que se merece en el día a día.

Recuerda que, si no te cuidas tú, ¿quién te va a cuidar?

 

Y tú ¿qué opinas?